viernes, 4 de abril de 2008

EEN MAND



























Llegamos al final de otra semana, algo cansado pero con todo un fin de semana por delante para reposo del espíritu y algo de turismo, es la parte buena de tener media Europa a apenas un paso de casa. 
Hoy el día empezaba mal porque se me ha terminado la cecina que mandó mi madre a través de Penélope...la hora del lunch vá a sufrir un cambio radical, después me he dado cuenta de que todavía me quedan los chorizos, aunque no sé si me atreveré a llevarlos al hospital...una boina y clavadito a Paco Martínez Soria.
Y el día ha seguido deparando más sorpresas, como ver a un hepatólogo alemán hacer CPRE, y muy bien, por cierto (alguien tenía que sustituir a Fockens que anda por Pamplona de pinchos con el servicio de endoscopias del HUCA), además con eso he vuelto a tener contacto con eso del foie, algo arrinconado últimamente, porque aprovechando un break me ha llevado a la sesión conjunta con el servicio de anatomía patológica de cada viernes, que haría las delicias de Manolo (no del tío). He visto casos que pensaba que sólo salían en los libros...histoplasmosis hepática, hipertensión portal idiopática, hepatitis herpética...este hospital sigue siendo una caja de sorpresas, os dejo unas fotos de parte de la exposición que tienen montada por los pasillos.
Por cierto, ya hemos conseguido saber quién dá de comer a todas esas tiendas chinas de las que hablabamos ayer...Joyce ha cambiado hoy las sabanas y ha puesto un edredón clavadito al que vimos caminando por Zeedijk, estaba justo al lado de esos gatos dorados que se pasan el día moviendo el brazo...y yo tengo que dormir ahí!!!.
Es viernes y la semana pesa así que tras un paseo por Haarlemstraat (más tiendas y restaurantes de lo más fashion) hemos pasado por el surinamés de la plaza, un poquito de comida exótica para llevar, una peli en el Mac y a la piltra, mañana más...y mejor. Os dejo una canción, en ocasiones recibes noticias inesperadas.

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